sábado, 21 de enero de 2017

Paseo por la Sevilla libresca

Antigua librería Pascual Lázaro
Aparte de sus encantos arquitectónicos, paisajísticos o gastronómicos, Sevilla también puede ser recorrida a través de sus librerías, establecimientos que luchan estoicamente por perdurar, intentando brindar ese deleite inmaterial –y también material- que sienten los amantes de los libros, a pesar de los índices de lectura de los españoles, las dificultades financieras de estos tiempos y los hábitos que imponen las nuevas tecnologías y las plataformas digitales. Demasiados frentes que obstaculizan la existencia de un sector imprescindible en una cultura menos mimada que la que atrae masas de turistas, pero mucho más necesaria para el enriquecimiento y la formación de las personas, y que se enfrenta a un futuro incierto que ya ha hecho mella en el panorama comercial del libro de Sevilla. Como tributo a esos templos culturales de los libros, algunos de antigua raigambre y otros obligadamente modernos, proponemos un recorrido por la Sevilla libresca que, sin ánimo exhaustivo, recoja, al menos, una muestra representativa de esos establecimientos que luchan por sobrevivir, desperdigados por la ciudad, y que, cual Ave Fénix, se transforman y resucitan para que el mercado del libro no perezca definitivamente.

Antes de que aparecieran las modernas franquicias y las grandes cadenas de librerías, ya existían afamadas tiendas de libros en Sevilla, en las que el lector empedernido podía entregarse a curiosear cubiertas y adquirir la obra que estuviese buscando. Eran antiguas librerías, ya desaparecidas, que satisfacían las inquietudes culturales de la época, burlando, algunas de ellas, la censura de la dictadura con la venta clandestina a seleccionados clientes de obras prohibidas o de autores en el exilio que abordaban una temática comprometida, como la Guerra Civil, la República, la Democracia, la Libertad, pero también una determinada poesía, sociología, historia y, cómo no, literatura que publicaban editoriales extranjeras como Losada, Sudamericana, Fondo de Cultura Económica, Ruedo Ibérico, etc. Eran modestas librerías, establecidas como negocios familiares, que en muchos casos simultaneaban la venta de libros con la papelería y la imprenta para ser rentables. Destacan los casos de Pascual Lázaro y Eulogio de las Heras, en calle Sierpes, Sanz en calle Granada, Antonio Machado, en la Cuesta del Rosario, Renacimiento en Mateos Gago, Olian, en Álvarez Quintero, además de Pretil, Al-Andalus, Interbook, La Araña y un largo etcétera al que últimamente se ha añadido Céfiro. De  todas ellas queda el recuerdo nostálgico en muchos sevillanos que adquirieron sus primeros libros en estos establecimientos, hoy desaparecidos, arrasados por la evolución comercial, política, económica, social y cultural de la ciudad y el país, en su conjunto.

Librería Beta de calle Sierpes
Su lugar lo ocuparon otras librerías y nuevas franquicias que modernizaron y extendieron el negocio por toda la ciudad. Librerías de barrio y librerías en centros comerciales, empeñadas en que los lectores tuvieran a su disposición los títulos que demandaban, ofreciendo un trato exquisito y un personal formado capaz de aconsejar al cliente. Tiendas que fueron especializándose en áreas del conocimiento y ampliando sus actividades con talleres de escritura, clubes de lecturas, cuentacuentos, etc. El ejemplo más paradigmático, por autóctono, lo constituye la librería Beta, Galería Sevillana del Libro, que se extendió rápidamente por la ciudad, convirtiéndose en un referente para la búsqueda y adquisición de cualquier título que no pudiera hallarse con facilidad. Fue fundada en 1978 y llegó a tener once librerías en distintas poblaciones de Andalucía, siete de ellas en Sevilla, incluida la que se ubicaba en el antiguo Cine Imperial, en calle Sierpes, tras iniciar su singladura comercial en un pequeño local de la calle Asunción, en el barrio sevillano de Los Remedios. Actualmente se encuentra en un proceso de extinción de su actividad mercantil.

Precisamente, dos de los establecimientos de Beta han sido adquiridos por otra cadena de librerías, La Casa del Libro, empresa fundada en Madrid en 1923 e integrada en el Grupo Planeta en 1992. Se trata de una librería generalista, moderna, que dispone de libros especializados y un formidable catálogo que le permite satisfacer cualquier demanda de los clientes. La única tienda que tenía en Sevilla, antes de adquirir los establecimientos de Beta, se halla en la calle Velázquez, donde cuenta con un edificio de varias plantas en las que se distribuyen los libros por temáticas. Está en un proceso de expansión por toda España, con más de 39 establecimientos abiertos al público, además de un página on line para ventas por Internet.

FNAC Sevilla
Otro sistema que ha sustituido a las viejas librerías es el de la venta de libros en grandes superficies, sistema del que ha sido pionero El Corte Inglés, la mayor tienda por departamentos de España y que cuenta con librerías en todos sus centros comerciales. Era la única gran superficie existente en Sevilla hasta que apareció FNAC, una filial de una empresa francesa especializada en la venta de artículos electrónicos, fotográficos, música, vídeo y, naturalmente, libros. Inauguró en 2007 su tienda en la avenida de la Constitución de Sevilla y, desde entonces, compite abiertamente por el mercado del libro entre su variada oferta comercial.

En este mercado competitivo del libro conviven en la actualidad librerías-papelerías, librerías-cafeterías, librerías digitales y de autoedición, librerías del libro antiguo y de ocasión y librerías especializadas que luchan por fomentar el hábito de la lectura e incentivar el consumo del libro como vehículo todavía útil para el conocimiento y el ocio. Abundan, afortunadamente, notables ejemplos de este afán casi vocacional por vender libros en Sevilla, contra viento y marea, materializados en las marcas La Extra Vagante, en la Alameda, Rayuela, en la calle José Luis Luque, Un gato en bicicleta, en calle Regina, El gusanito lector, en calle Feria, La casa tomada, en Muro de los Navarros, Anticuaria Los Terceros, en la plaza del mismo nombre, Palas, en Asunción, Repiso, en Cerrajería, San Pablo, librería religiosa en calle Sierpes, Vértice, en San Fernando, y tantas otras.

Entre todas conforman un recorrido ilustrado por la Sevilla libresca que merece la pena conocer, agradecer y conservar mediante la adquisición de ese bien tan modesto pero trascendental como es el libro, fruto privilegiado de la imprenta y de la voluntad por saber del ser humano. Quede este artículo como homenaje a quienes, tras el mostrador de todas ellas, alimentan el amor por los libros.

No hay comentarios: