domingo, 5 de enero de 2014

Guadalquivir


Hay documentales que parecen películas y películas que parecen documentales. Soy amante de ambos géneros fílmicos, sin poner ninguno por encima de otro, pues los dos son capaces de reunir cotas de calidad insuperables, al combinar guiones de excelente factura con imágenes ceñidas a la narración audiovisual. Por eso, uno de los deleites disfrutados durante el pasado paréntesis navideño ha sido visualizar el largometraje Guadalquivir, de Joaquín Gutiérrez Acha.

Los acostumbrados a los documentales de sobremesa en televisión descubrirán en esta película española que hay naturaleza y animales salvajes más allá del Serengeti, y gente capacitada para elaborar hermosas obras de divulgación tan bien trabajadas como las de National Geographic. De ese nivel y a esa altura se sitúa Guadalquivir, una historia sobre la vida que surge y depende del gran río de Andalucía, el Guadalquivir, cuyo cauce une los tres espacios naturales más importantes de España: Cazorla, donde nace, Sierra Morena, por donde discurre esquivando montañas, y Doñana, donde finalmente muere al desembocar sosegado en el Océano Atlántico, tras más de 700 kilómetros de recorrido.

La narración realizada por Estrella Morente, sin abusar del acento e intérprete asimismo del tema musical, se vale de las peripecias de un zorro que recorre el curso del río, lo que da pie para mostrar los paisajes por los que discurre esa vital arteria acuosa de Andalucía, además de la historia que jalona su existencia y la diversidad biológica que posibilita en cada uno de los espacios por los que discurre y que alcanza su máximo esplendor en las marismas de Doñana, lugar privilegiado en el que recalan las aves migratorias del norte del continente y de África.

Más de dos años ha necesitado el equipo de grabación de esta película y la disposición de recursos de avanzada tecnología para lograr los planos y las secuencias de unas imágenes impactantes, en contextos de gran belleza. Zorros, cabras monteses, águilas reales, linces, lobos, ginetas, camaleones, flamencos, víboras, arañas, grullas, buitres, anguilas, nutrias, etc., son algunos de los animales que nos muestra este documental de un hábitat tan cercano como desconocido para un público avezado antes en las migraciones del Ñu a través del río Mara, en Kenia, que en la asombrosa y riquísima diversidad biológica que el Guadalquivir atesora a los habitantes de Andalucía.

No en balde su director, Joaquín Gutiérrez Acha es un naturalista, además de productor y cámara, que ha trabajado para las compañías de documentales más importantes del mundo, como National Geographic, Survival Anglia Televisión y Parthenon Entertainment, entre otras, y sus reportajes, tanto gráficos como literarios, han sido publicados en las revistas más prestigiosas del sector, como Geo, Periplo, Natura, Quercus, etc.

El guión de Guadalquivir, un largometraje de naturaleza, es de Fernando López-Mirones y dos naturalistas aparte de su director, Manuel Castro y Salvador Suano, garantizan la precisión científica de su contenido. La partitura musical está compuesta por Pablo Martín Caminero, contando con la colaboración especial en la guitarra flamenca de Josemi Carmona.

En definitiva, un producto audiovisual imprescindible para los amantes de la naturaleza, Andalucía y el cine. Se lo recomiendo.

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