viernes, 31 de enero de 2014

Félix Grande

Poseo desde el año 1987 una selección poética de Félix Grande, editada por Anthropos, Biografía, poesía completa (1958-1984), con las páginas amarillentas, muchas de ellas con las esquinas dobladas para señalar estremecimientos inolvidables y huellas de obsesiones compartidas en estrofas subrayadas y anotaciones marginales. La recopiló el autor extremeño cuando estaba a punto de cumplir medio siglo de existencia y escribía para "no extraviarse en las galerías de su alma" y poder “clamar socorro como el nombre de un dios”. Cerraba el volumen un poema titulado Poética, en el que Félix Grande exoneraba a la vida de todos sus quebrantos, del mismo modo que su poesía hizo menos pesada la carga de la nuestra. Quede este reconocimiento a la memoria de quien acaba de poner punto final a la vida que alentó toda su obra y de la que definitivamente se ha caído, diciendo que fue buena. Aunque mejor nos la hizo a los que seguimos estremeciéndonos con sus versos.

Poética

Tal como están las cosas
tal como va la herida

puede venir el fin
desde cualquier lugar

Pero caeré diciendo
que era buena la vida

y que valía la pena
vivir y reventar

Puedo morir de insomnio
de angustia o de terror

o de cirrosis o de
soledad o de pena

Pero hasta el mismo fin
me durará el fervor

me moriré diciendo
que la vida era buena

Puedo quedar sin casa
sin gente sin visita

descalzo y sin mendrugo
ni nada en mi alacena

Sospecho que mi vida
será así y ya está escrita

Pero caeré diciendo
que la vida era buena

Puede matarme el asco
la vergüenza o el tedio

o la venal tortura
o una bomba homicida

ni este mundo ni yo
tenemos ya remedio

Pero caeré diciendo
que era buena la vida

Tal como están las cosas
mi corazón se llena

de puertas que se cierran
con cansancio o temor

Pero caeré diciendo
que la vida era buena:

La quiero para siempre
con muchísimo amor.

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