viernes, 4 de octubre de 2013

Octubre veleidoso

Foto: Loli Martin
Los primeros días de octubre avanzan con parsimonia, errátiles. Volubles como el humor, lo mismo puede amanecer con las estrellas todavía brillando en el despuntar del día, que, sin tregua, desde raudas nubes preñadas de gris descargar un aguacero que sorprende a los desprevenidos. Así es octubre, una puerta que conduce por las inclemencias de un tiempo en transición hacia los rigores del invierno. Y ese es, precisamente, su encanto: alternar días luminosos como la alegría con jornadas desapacibles como la tristeza. Una veleidad idéntica a mi manera de ser. Por eso me resulta tan atractivo octubre.

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