viernes, 31 de mayo de 2013

Viernes insensato

Fin de mes y fin de semana, conjunción que permite disfrutar de alguna financiación –ahora que ni los bancos tienen dinero para prestar- para olvidarse en la barra de un bar de las preocupaciones que agobian a los que, afortunadamente, viven al día, aunque con el temor de perder lo único que atesoran: un trabajo. Otros, en cambio, ya han sido víctimas de las “reformas estructurales” del mercado del trabajo y  han ido a parar con sus huesos a la calle. Parece un crimen tener trabajo, casa y familia en este país enloquecido y absurdo, que incluye en su Constitución el deber de pagar una deuda antes que prestar un derecho a sus ciudadanos. Ojalá pasen estos tiempos con la velocidad que pasan los días y se suceden las estaciones, como en esa canción de mi juventud insensata. No para recuperar las posibilidades de dispendio, que también, sino para que el sentido común nos devuelva la solidaridad y una sociedad más justa. Insensato.

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