viernes, 11 de enero de 2013

Un viernes "normal"

Después de las fiestas navideñas, la vida se acomoda a sus rutinas y sus ritmos, devolviéndonos la tranquilidad de lo previsible y controlable, tanto en las obligaciones (de momento) como en el ocio (también de momento). Vuelven otra vez los viernes que reconfortan los periodos laborales que consumen las semanas entre madrugones para trabajar y deberes domésticos que ocupan las tardes. Esta primera semana ¡completa! (sin fiestas) de enero nos restaura la confianza en lo convenido, el sosiego de lo conocido y la continuidad apacible hacia un destino más o menos establecido, sin saltos ni sorpresas. Resurgen, a partir de hoy, los viernes “normales” que tanto valoramos en cuanto significan, aún en su previsibilidad, un excepcional alto reparador en las rutinarias actividades obligatorias, tan cansadas como hartarse de festivos que alteran nuestras costumbres. Y es que no sabemos lo que queremos.

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