sábado, 1 de diciembre de 2012

Diciembre


Comienza un mes que me agrada y me estimula. Sus días neblinosos y fríos son semejantes a otros cualesquiera del invierno, pero en diciembre me mueven a la introspección y al ensimismamiento. No se trata de las celebraciones infantiles y supersticiosas que tanto gustan a una mayoría pastoreada por el consumo, sino que, quizá por ser los últimos del año, estos días tiendo a la reflexión y valoración de lo que hecho en mi vida y de los proyectos que guardo para el futuro inmediato, no al largo plazo que se me antoja quimérico. Como sujeto aferrado a las costumbres que le fueron agradables y le causaron satisfacción, suelo ser bastante previsible y fiel a gustos y manías. Por eso vuelvo una y otra vez en diciembre al December de George Winston, que guardo en mi fonoteca envuelto en el mimo de mi predilección. Y siempre me produce esa sensación de recogimiento y placidez que sentí la primera vez que lo escuché. Aunque ya lo he traído a este cuaderno, no puedo evitar, en el arranque de este mes, volver a recodarlo, esta vez en la selección que hace Bobby Romero en un montaje audiovisual con el que le rinde tributo. Disfrútenlo.

No hay comentarios: