lunes, 30 de julio de 2012
Estertores de julio
Julio agoniza entre horas perezosas y una luz que se
difumina en sombras de tardes soñolientas. Los días empiezan a declinar
levemente con el chirrío de cigarras y grillos, inquietos con el aire fresco de
unas noches que anuncian el cambio inminente del mes. La luminosidad cegadora
del verano todavía domina el horizonte hasta que el atardecer se hace más corto
y vulnerable al avance imperceptible de la oscuridad. Son los estertores de julio,
cuyas bocanadas de calor y sopor forman parte de los ritos de un estío que se
concentra en agosto, antes de agotar la estación. Para los que iniciamos un
nuevo ciclo, el verano está consumido.
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