viernes, 11 de mayo de 2012

Otro viernes más


Otro viernes en que tememos nuevas medidas reformistas (no quiero ni pensar qué más nos pueden recortar), en que apuramos una semana que se escurre de nuestras vidas. Otro viernes que nos deja exhaustos al acumularse sobre nuestras espaldas con todo lo que contiene de temores más que de esperanzas, problemas más que expectativas, de pasado más que de futuro. Sin embargo, es un respiro en la cuesta cada vez más empinada que escalamos hacia una cumbre que imaginamos plena de bondades pero que jamás visualizamos a nuestro alcance, siempre oculta entre las brumas del porvenir. El viernes es un descanso momentáneo que apenas repara la fatiga, pero reconforta el ánimo. Un día sobrevalorado y traicionero porque se agota en cuanto lo saboreas, avisándote de la pendiente que te aguarda. Todo queda en suspenso, pendiente de ser conseguido, como si la vida fuera un viernes constante y repetitivo que sólo conduce al principio, al lunes para volver a empezar. Otro viernes más.

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