lunes, 26 de diciembre de 2011

¡Y dale con la Navidad...!

Tengo un amigo del que siempre he sido discípulo. No deja nunca de enseñarme nuevos enfoques que desvelan la compleja estructura de lo que yo percibo como simple. Por eso le divierte dejar en evidencia mis felicitaciones navideñas con la denuncia de tanto adocenamiento y sumisión. Le subleva el conformismo apático de unas multitudes a las que todo sentido crítico le ha sido castrado por hábitos y discursos adoctrinadores. Como la fútil bondad de la Navidad. Este año, su alegato merece –con su permiso- mayor difusión entre unas conciencias anestesiadas. No es un amigo raro con ideas extrañas, sino un inquieto pensador que no se limita a mirar la superficie de la realidad, sino que se esfuerza por desentrañar su composición más profunda. Para la mayoría, de verdad es raro que alguien quiera complicarse así la vida, pudiendo seguir tranquilamente la dirección por la que conducen al rebaño.
¡Y dale con la Navidad!
"No vienen buenos tiempos, Daniel. Los agoreros de los que hablas son muy buenos analistas de todas las tendencias económicas y políticas. No sé si te das cuenta de que lo que no pueden ocultar es toda esta debacle... ni con un discurso optimista que dé alguna esperanza, ni con una descripción del Apocalipsis que genere un pánico social generalizado. Estos “agoreros” que nombras por piedad ya nos han situado en la realidad: se barrunta una guerra de grandes proporciones por la supervivencia energética; la economía está por los suelos y la única salida será un “reajuste global” de desastrosas consecuencias para la mayoría de la población.
(...)
Toda idea creativa que hayas tenido sobre tu pensión cae ya por los suelos, ya está devaluada, los precios te acribillarán y tu poder adquisitivo se moverá por el fango de la inflación hasta sumergirse en el excremento de una devaluación inevitable del euro. Lo vas a comprobar tan rápido que ahora no te sorprenderá, nunca más, la exigua cantidad que le quedó a tu madre o la de la abuela. Tu vas a vivir la misma situación. 

Querido Daniel, aprovecho esta fiestas tan entrañables, en el delirante sistema de consumo que disfrutamos, para mostrarte mi preocupación por todo esto. El neoliberalismo salvaje ha convertido nuestra vida en un juego de prácticas y procedimientos muy sofisticados para hacer desaparecer el dinero de un sitio y ponerlo en otro, un casino en el que se juegan tus ahorros y los dan legalmente por perdidos. Se está robando el dinero público por toneladas y estafando a mansalva a los clientes de entidades económicas de todo tipo. Son pocos los delincuentes económicos que pagan su fechoría con la cárcel y nunca devuelven el dinero. Es fácil adivinar un “sálvese quien pueda” ante lo que se avecina.

Esto ocurre siempre en los prolegómenos de una guerra, no de una guerra cualquiera sino de una guerra total. El gamberro de Almadinejad ha puesto en jaque a todo bicho viviente, el conflicto general es inminente y nadie sabe que harán los chinos en una situación como esta, ya que son aliados estratégicos de los iranios y competidores naturales de los norteamericanos y de nosotros sus aliados. Todo esto se veía venir y nadie quería creerlo.

No vienen buenos tiempos, Daniel, y nos pillarán vulnerables y casi desvalidos en el peor de los escenarios posibles. Y todo ello, después de haber cotizado, durante treinta años, a este maravilloso sistema como un pulpo del pluriempleo.

No imaginas qué año 2012 nos espera... Buena suerte, socio. Y Feliz Navidad. Aunque no deja de ser ridículo desear una semana de paz..."

De: Alfonso Maestre Panadero.


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