sábado, 7 de mayo de 2011

Sábado Redding

A veces, cuando me siento perdido y los pensamientos se escapan a su libre albedrío, la ciudad se me antoja una bahía inmensa de aguas oscuras y ondulantes sobre las que se balancean los barquitos que la infestan. El rumor de los coches es el rumor de las olas estrellándose contra la acera por donde deambulamos los que soñamos con el mar y los espacios en libertad. En esos momentos tan fuera de mí, me pongo a silbar inesperadamente una melodía que entonces no sabía qué decía, y que ahora tampoco sé por qué emerge de esas insondables simas del olvido. En cualquier caso, la musiquilla me hace sentir confortablemente perdido en ese muelle de una bahía remota que surge de mis ensoñaciones para dominar mi memoria y mi voluntad. Es sábado Redding.

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