lunes, 10 de enero de 2011

Burocrático alto el fuego de ETA

La organización criminal ETA, que persigue mediante la violencia la independencia del País Vasco, ha emitido un comunicado en el que manifiesta su decisión de proceder a un alto el fuego permanente y general, verificable internacionalmente, según le exigían insistentemente todas las instancias políticas, especialmente las afines, de aquella Comunidad autónoma.

El comunicado del alto el fuego de ETA, no por deseado, no puede evitar la desazón de quienes confiaban, tras los fracasos de ceses temporales de la violencia y procesos de negociación anteriores, una mayor determinación de la banda terrorista para el abandonado definitivo de las armas como medio inútil, aunque sumamente doloroso, para perseguir objetivos políticos.

Cerca de mil muertos y una sanguinaria estela de extorsiones y atentados no han estremecido a una organización separatista para repudiar la violencia, sino la asfixia económica que la Ley de Partidos ha sometido al entorno político abertxale y el eficaz cerco policial y judicial, en colaboración con Francia, con la que se ha desmantelado repetidamente la cúpula directriz y a sus comandos, mermando su capacidad operativa para ejercer el terror.

Incapaces para percibir más realidad que la de su propia supervivencia orgánica, la banda se atribuye la potestad de tutelar la convivencia que los vascos hace años han decidido mayoritariamente bajo un Estado de las Autonomías que posibilita el respeto y la voluntad identitaria expresamente reconocida en el Estatuto de Guernica, incluida la opción independentista democráticamente defendida y con arreglo a lo establecido en la Constitución. Parece que se reservan el derecho a modificar la situación de alto el fuego concedida por ellos en cuanto los resultados no le satisfagan, impresión que es la que motiva la desilusión y la poca esperanza que despierta el enésimo comunicado de ETA.

Con todo, hay que celebrar el fin de los asesinatos por unos motivos que jamás tendrían que haber recurrido a la violencia y la muerte para enarbolarlos. Es lo que se echa en falta a un comunicado burocrático, con sellos y rúbricas, pero insensible al inmenso dolor que han causado tan inútilmente. De ahí la desconfianza.

2 comentarios:

Gregorio Verdugo dijo...

Dan: necesito un correo tuyo. Quiero comentar contigo un par de cosas.
Gracias.

Daniel Guerrero Bonet dijo...

Te lo he mandado al tuyo.