sábado, 31 de julio de 2010

Nietas

Mi primera nieta tiene un mes de vida. La segunda tiene cuatro meses de gestación y acabamos de saber, gracias a una ecografía, que también será una niña. Cuando nazca, ambas primas, con sólo seis meses de diferencia, podrán disfrutar de una vida compartida de ilusiones y rodeada de una familia que les desbrozará el camino cuanto sea posible. Ya cuentan con la entrega y disposición absoluta de sus padres, pero también de los abuelos. No es un empeño baladí, sino un compromiso de por vida. Todas las familias tejen una red de relaciones que brindan un respaldo semejante, aunque ello no garantice ningún éxito de antemano, que sería más difícil si no se contara con él. Precisamente ese es el gran reto de la vida: nada está determinado previamente. Sin embargo, somos seres que albergan sentimientos. Saberse querido y respaldado por los tuyos supone un aliciente que insufla energía para afrontar muchos obstáculos. Eso es lo que queremos que no les falte, nuestro cariño y nuestro apoyo. Los hijos y los nietos impregnan de sentido la existencia. Gracias por convertirnos en abuelos. Gracias por permitirnos reflejarnos en unos ojitos que observarán el futuro. Gracias.

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