sábado, 1 de mayo de 2010

La luz del tiempo

Ver la luz emitida hace millones de años parece asunto de ciencia ficción. Sin embargo, es lo que hace la ciencia, la actividad humana que mayores sorpresas puede deparar cuando interroga el por qué de las cosas y busca explicaciones racionales y, por ende, demostrables. La deducción científica, basada en experimentos que se pueden repetir y en teorías fundadas en leyes de la física o la química, es la herramienta que permite al ser humano hacer realidad lo real (comprensible lo incomprensible e insospechado), sin caer en supersticiones ni fantasías, provocando con sus resultados un asombro aún mayor que el que pueda dispensar la imaginación más disparatada.

Esa es la sensación que se desprende al conocer el proyecto de construcción del mayor telescopio óptico del mundo, que dispondrá de un espejo de 42 metros de diámetro (cuando los actuales en funcionamiento sólo tienen entre 8 y 10 metros), en una montaña al norte de Chile. Se trata del E-ELT (Telescopio Europeo Extremadamente Grande), un proyecto del Observatorio Europeo Austral, impulsado por 14 países europeos -España entre ellos-, con una inversión cercana a los 1.000 millones de euros, y que supondrá un salto revolucionario en la investigación astronómica. La enorme lente del telescopio proporcionará un área 16 veces mayor a los actuales en uso y una resolución 15 veces superior a la del Hubble, el telescopio situado en órbita alrededor de la Tierra.

Gracias a esa capacidad potenciada de “rastrear” la insondable profundidad del espacio, el E-ELT se dedicará a la búsqueda y estudio de sistemas que están a más de 13.000 millones de años luz de distancia. Solamente un espejo de tales dimensiones puede captar una luz que llega muy débil a la Tierra y que, en realidad, hace millones de años que partió de su origen estelar. Los fotones, las partículas de luz, podrán ser, de esta manera, analizados para conocer su composición química y propiedades, lo que ofrecerá información de extraordinario interés sobre estrellas y galaxias tempranas en la historia del Universo. Es decir, posibilitará el descubrimiento y estudio de objetos siderales, estrellas y exoplanetas, de hace millones de años. Causa asombro pensar que se pueda estudiar una luz de tanta antigüedad y distancia. Más que la luz del tiempo, parece que hablamos de la máquina del tiempo. Sin embargo, es simplemente ciencia.

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